Si bien los primeros antecedentes de la práctica del fútbol femenino en mujeres datan de la de la Dinastía Han (China), durante el siglo III, cuando se jugaba una variante llamada cuju; tal parece que la evolución de este deporte siguió su curso de manera paralela, tanto para equipos conformados por hombres como por mujeres hasta la época de “Oscurantismo” o Edad Media, periodo histórico de la civilización occidental comprendido entre los siglos V y XV.

La característica más marcada de esta etapa era la transición del modo de producción esclavista al feudal y en el deporte que la destreza del fútbol fue prohibida, tanto para hombres como para mujeres.

Según escritos mencionados en la “Historia del Fútbol” (publicación de la FIFA), en el año 1314, el alcalde de Londres, se vio obligado a prohibir el fútbol dentro de su ciudad, con pena de cárcel a quienes lo jugaban, a causa del ruido que ocasionaba.

Esta determinación se expandió durante la Guerra de los Cien Años, entre Inglaterra y Francia (1337 -1453). Los reyes Eduardo III, Ricardo II, Enrique IV y Enrique V, castigaban a los hombres que jugaban fútbol por considerar que “los ejercicios militares eran más útiles”. Entonces, las mujeres súbditas también tenían mandatos reales, que eran considerados “más importantes que el juego con la pelota”.

Sin embargo y pese a que por 500 años no se registró ninguna forma de desarrollo en el fútbol ni masculino ni femenino por la prohibición, este deporte no pudo ser eliminado. Existen registros de que se lo practicaba de manera casi “underground” o clandestina.

Después de esa persecución al fútbol por considerarlo “ruidoso, violento y rústico”, registros manejados por FIFA, dan cuenta que en 1863 en Gran Bretaña, se definieron normas para evitar la rudeza y para que fuera socialmente aceptado, también para las damas.

Se sostiene que el primer partido oficial del balompié femenino se disputó en Glasgow (Escocia) en 1892, sin embargo, FIFA asegura que “no hay clara evidencia que lo confirme”.

En 1894, Natty Honeyball, reverenciada como “la Madre del Fútbol Femenino”, fundó el primer club, denominado “British Ladies Football Club”. Ella declaró que “quería demostrar que la mujer podía emanciparse y tener un lugar importante en la sociedad”.

El primer partido oficial se realizó en Londres, el 23 de marzo de 1895, entre equipos de North y South, en el campo Crouch End Atthetic, ante unas 10 mil personas. El resultado fue 7 a 1 en favor de North.

En 1902, la Federación Inglesa de Fútbol prohibió el fútbol femenino. Según el libro “Fútbol Femenino: Superando la Prohibición” de Jorge Tovar, esta determinación fue más política que médica o social, porque “eran años donde se luchaba por los derechos de la mujer y el establecimiento masculino veía con preocupación que se abriera otra puerta de competencia”.

Otros antecedentes de prohibición (mencionados por el mismo texto de Tovar), datan de 1896 , cuando la Federación Holandesa había censurado un juego femenino entre Sparta de Rotterdam y un cuadro inglés, por considerar que “era dañino para la salud de la mujeres”, esta tendencia también se expandió por Alemania y otros países europeos.

En el primer país latinoamericano que prohibieron el balompié de damas fue en Brasil, donde se lo practicó desde los años ’20. En 1930 se “recomendaba” otras actividades deportivas más acorde con el “carácter femenino”, “que no pusieran en riesgo la naturaleza frágil de la mujer, ni causaran daño pélvico, que pudieran poner en riesgo los órganos femeninos”, otros médicos aseguraban que “el fútbol tenía defectos y vicios que podían alterar la delicada psicología de la mujer”. La prohibición duró hasta 1975. (Fin del capítulo II)

1894 es el año en que Natty Honeyball funda el primer club, denominado “British Ladies Football Club.

GHILKA SANABRIA