“Esto no es una crisis, simplemente es una disputa por pegas. (…) Una crisis verdadera se va a dar en un momento electoral cuando haya que elegir quiénes se van a hacer cargo de los candidatos en la elección 2025 y en ese proceso electoral los que no sean elegidos pueden fracturar el partido, nombrar sus propias candidaturas, ahí sí se puede hablar de una crisis del partido”, manifestó.
Después que el líder del MAS Evo Morales observó como un “error garrafal” el bloque Choquehuanca, se reconoció la existencia de estas corrientes al interior del partido azul, se habla de los seguidores del vicepresidente del Estado, del presidente Luis Arce y del expresidente Morales.
Argumentó que hay una diferencia sustancial entre el partido político y las autoridades gubernamentales que están al frente del país, considera que en realidad es el Gobierno el que vive en crisis. Manifestó que las organizaciones o grupos sociales y dirigentes que no están en espacios de poder respiran por la herida, pero que si ocuparían cargos seguramente no dirían nada, a propósito de las críticas a la gestión.
Uno de los temas que ha develado tensiones entre las autoridades gubernamentales y las organizaciones afines al MAS son los pedidos de cambio en el gabinete. Incluso Morales sugirió que Arce realice remociones para un gabinete más político que técnico.
También un artículo del viceministro de Coordinación y Gestión Gubernamental, Freddy Bobaryn, sobre la crítica al “jefazo” (Evo Morales) y el “jefismo” causó malestar en ciertos sectores. El diputado Héctor Arce (MAS) y el dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia Humberto Claros pidieron la destitución de Bobaryn porque genera división en el partido.
En tanto que, el diputado Rolando Cuellar criticó a su partido el MAS porque quienes “se quedaron a luchar en el gobierno transitorio” e hicieron campaña electoral en plena la pandemia deberían ser considerados en el cambio de ministros.
Problemas
generacionales
En opinión de Cordero, en el MAS también hay una pugna generacional, la vieja guardia del partido que todavía apetece el poder y al mismo tiempo están los nuevos aspirantes que exigen renovación, situación que pone en aprietos al presidente Arce. Aunque cree que esos problemas no se resolverán ahora.
Considera que el jefe de Estado tomó una decisión inteligente de no cambiar a su gabinete de ministros. “Es una pugna que parece que no se va a resolver hoy y el presidente ha tomado creo la decisión más inteligente de no cambiar nada, así no se genera problemas, ni cede a la presión del ala dura ni él se encapricha con nuevos nombramientos, sino deja las cosas como están”.