Bolivia debía ir como demandante ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en el caso Silala porque hay un despropósito en las pretensiones chilenas, manifestó el abogado internacionalista y presidente del Instituto Peruano de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales–Ipediri, Miguel Ángel Rodríguez Mackay, en entrevista con EL DIARIO.
“Siempre dije que Bolivia debía ir como demandante porque hay un despropósito en las pretensiones. Cuando se van a demandar, nunca se anuncian, ni se hacen declaraciones públicas mostrando las cartas, por eso es que advertida la Cancillería chilena de que Bolivia los demandaría, tres semanas después Chile terminó demandando a Bolivia por el Silala. Creo que el hecho mismo de que Bolivia sea demandada no es un buen punto de partida”, manifestó.
En ese marco, Rodríguez Mackay, recordó que el expresidente Evo Morales, a través de una conferencia de prensa, anunció que Bolivia demandaría a Chile por las aguas del Silala, cuando aún estaba pendiente el proceso en la CIJ por una salida soberana al mar.
CONTRADEMANDA
Asimismo apuntó que la contrademanda que fue presentada por Bolivia es una de las figuras que está permitida en los procesos de litigación conforme el estatuto y el reglamento de la CIJ, aunque no es lo mismo presentar una demanda que sostener una contrademanda.
“No es lo mismo presentar una memoria como demandante que responder con una contramemoria como demandado jurídicamente y en la estrategia hermenéutica. En el derecho nunca hay que tirar la toalla, siempre se debe trabajar en las posibilidades”, dijo.
En esa línea advirtió que es absolutamente comprobable que el Silala es un manantial y no un río como sostiene Chile.
“Yo tendría y preferiría actuar en discreción porque este proceso debió comenzar con una Bolivia demandante no demandada, lo digo con la objetividad que corresponde. Demandante porque los valores orográficos, geográficos y geopolíticos del Silala son bolivianos, hasta un niño de primaria podría entender claramente que el Silala es un manantial con origen, presencia y relevancia boliviana y que su recurso no es una circunstancia como para advertir la calificación de un río internacional como pretende Chile. Hay un uso no solamente desbordado sino amorfo de las aguas del Silala y Chile desconoce sus niveles de responsabilidad sobre lo que significa el Silala”, advirtió.
El jurista aclaró que a la CIJ de La Haya no se va a negociar sino a litigar y que esta es una segunda circunstancia supranacional jurisdiccional contenciosa a la que acude Bolivia.
Apuntó que como ya pasó la etapa de la confidencialidad que fue la parte de la presentación de la memoria, la contramemoria, la réplica y la dúplica, además de los alegatos, corresponde que la CIJ emita una sentencia.
“El Silala ha llegado para Bolivia en un momento de una coyuntura de mucha avidez jurídica, la Corte tomará, otra vez, una decisión jurídica, no política (…). He visto en la etapa de alegatos el cambio cualitativo de fondo en la visión boliviana de sostener que si acaso Chile quisiera tener alguna pretensión sobre el Silala, entonces se pudiera negociar. Como hombre de derecho (…) debo decir que en una estrategia jurisdiccional rara vez se cambia de curso hermenéutico en un proceso ya en marcha, sobre todo cuando hay piezas escritas que han venido sosteniendo exactamente una posición distinta”, advirtió.
DATOS
A inicios de 2016, Bolivia anunció que presentaría una demanda contra el Estado chileno ante la CIJ, debido al uso indebido de las aguas, solicitando el pago retroactivo estimado en mil millones de dólares según el Senado boliviano. La presidenta chilena Michelle Bachelet, respondió con el anuncio de que su país presentaría una contrademanda en caso de que se concretara la presentación del gobierno boliviano.