“Los ambientes de recreación nos distraerán de la depresión que nos acaba”, afirmó Roberto Velarde, un adulto de 80 años, quien manifestó que los cuatro espacios (lectura, juegos, audiovisual y estimulación cognitiva) que fueron inaugurados ayer, en el Asilo María Esther Quevedo, “será un aliento para seguir subsistiendo”.