Cristiano Ronaldo sigue empeñado en hacer valer su ley en el Mundial de Rusia, la de la eficacia y la pegada ante las porterías rivales. Si ante España salvó un empate agónico con un triplete, frente a Marruecos, ayer en el estadio Luzhniki, le dio a Portugal una victoria sufrida pero imprescindible que además significa la eliminación de su rival.
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