Es bueno para la ilustración del amable lector que los artículos 142 y 143 de la Constitución Política del Estado establecen que podrán adquirir la nacionalidad boliviana por naturalización las extranjeras y los extranjeros en situación legal, con más de tres años de residencia ininterrumpida en el país bajo supervisión del Estado, que manifiestan expresamente su voluntad de obtener la nacionalidad boliviana y cumplan los requisitos establecidos por Ley.
El tiempo de residencia se reducirá a dos años en el caso de extranjeras y extranjeros que tengan cónyuge boliviana o boliviano, hijas bolivianas o bolivianos o padres sustitutos bolivianos. Las ciudadanas extranjeras o los ciudadanos extranjeros que adquiera la ciudadanía por matrimonio con ciudadanas bolivianas o ciudadanos bolivianos no perderán en caso de viudez o divorcio. También se reducirá a los que presten el Servicio Militar a la edad requerida, lo propio que por su servicio al país y por convenios a título de reciprocidad con otros Estados. Es bueno señalar que los ciudadanos bolivianos o extranjeros al momento de nacionalizarse indistintamente no pierden su nacionalidad de origen.
Ahora bien, abocándonos al fútbol señalaremos que la FIFA no respeta las Constituciones de los países afiliados a ese ente que tienen diferentes plazos para otorgar la naturalización que se tramita, disponiendo CINCO AÑOS de permanencia ininterrumpida del jugador en un país para poder ser habilitado en su selección, situación que no cumplimos en las pasadas Eliminatorias para el Mundial efectuado en el Brasil incorporando al jugador paraguayo Cabrera en nuestro equipo, pese haber sido naturalizado bajo nuestras normas legales, con la perdida de los puntos frente a Perú y Chile sin que hasta la fecha se haya sancionado con castigo de por vida a los dirigentes que en algunos aún se encuentra en plena actividad directriz.
En síntesis, simplemente con lo dispuesto por la F.B.F. se está acatando lo sancionado por nuestra Carta Magna y que sirva de alerta para nuestros clubes en fomentar las divisiones inferiores y de esa manera evitar recurrir a la naturalización de jugadores con costos muy por encima de nuestra realidad económica y en franco detrimento de la juventud postergada.
Dr. Edgar Linares Mariscal,
fundador y ex asesor legal de Fabol