El balear debutó con triunfo en su decimoctava participación en el torneo. Nadal atropelló a Jordan Thompson por 6-2, 6-2 y 6-2, en 2 horas y 2 minutos.
Justo antes, el ‘speaker’ se había quedado sin voz al relatar el currículum del español en el Abierto galo.
Era su victoria número 299 en los ‘Grand Slam’. La que hace 300 la podrá lograr el miércoles con el invitado local Corentin Moutet. Sólo Roger Federer (369) y Novak Djokovic (323) han llegado a esa cifra mágica.
El rey de la tierra había avisado en la previa que estaba libre de dolor en su maltrecho pie izquierdo. Por eso ha realizado dobles sesiones de entrenamiento desde su llegada a París. Lo demostró ante un rival menor que no le exigió demasiados movimientos agresivos aunque sí corrió a dejadas con aparente soltura.
Jordan es un jugador singular partiendo de la base que es el único del ‘top100’ que juega con bigote. Había llovido todo el día en la capital gala, pero la central se destapó a tiempo para el manacorí.
Cinco de los seis primeros puntos fueron para Thompson. Rafa ni se inmutó porque estaba entrando en calor. Lo sabía él y lo sabía la grada, que registraba el primer lleno para ver jugar al eterno campeón.
En el tercer juego llegó la primera rotura del poseedor de 21 grandes. Lo esperado. El australiano, el 82 del ranking ATP, sólo había ganado 11 partidos sobre la arcilla como profesional. Nadal colecciona ya 468 victorias y tan sólo 45 derrotas.
Rafa dijo no considerarse el favorito antes de empezar el torneo, pero su dominación en el torneo y la superficie dicen lo contrario. Ha llegado como el quinto y sólo en una ocasión estaba más atrás en la parrilla de salida. Fue en el complicado 2015, cuando cedió como sexto cabeza de serie en los cuartos ante Djokovic.
Nadal lo hace casi todo perfecto entre las cuatro paredes de los Internacionales de Francia. Había convertido sus cuatro opciones de ‘break’ para adelantarse por 4-1 en la segunda manga.
En la nueva Philippe Chatrier se lee en uno de los laterales: «La victoria es para los más tenaces«. Si hay un jugador ganador, al que le gusta ganar y que odia perder es él. Da igual que el próximo 3 de junio cumpla 36 años. Thompson tenía que sudar para ganar cada uno de sus puntos.