Las repetitivas acusaciones entre oficialismo y oposición sobre implicancias y vínculos de actores políticos en el caso de los “ítems fantasma” descubiertos en el municipio de Santa Cruz, indican que este caso no fue denunciado anteriormente porque de alguna forma “llovía para todos”, pese a ser un secreto a voces.
Señalan que el descubrimiento de este caso de corrupción solo es un ejemplo más de una práctica que se repite en diferentes instancias, pues la existencia de, empleados, obras, ítems, proyectos, y otros con el denominativo de “fantasma” es recurrente a lo largo de la historia del país.
En contacto con EL DIARIO, la analista Ericka Brokmann señaló que se debe cuestionar que un caso de corrupción de esta magnitud, se haya hecho público como consecuencia de una denuncia por un conflicto privado y no por el trabajo de fiscalización de las instancias pertinentes.
Manifestó que para entender los alcances políticos de este hecho, se debe analizar la cercanía del Movimiento al Socialismo con las agrupaciones que han controlado la alcaldía cruceña en el último tiempo.
“Necesariamente para entender la gobernabilidad que ha tenido Santa Cruz en los últimos años, es necesario tener presente el rol que ha tenido el MAS y los acuerdos que han existido con parte de la élite cruceña y su municipio”, indicó.
Sostuvo que esta práctica, además del modus operandi aplicado para lograr captar recursos, que finalmente fueron destinados a la reproducción del poder, eran un “secreto a voces” que fue destapado fruto de una casualidad, pues esta estructura pasó por alto todos los controles de fiscalización, ya que “de alguna manera llovía para todos”.
La especialista precisó que otro aspecto que debe llamar la atención es la escala en la cantidad de gente que fue involucrada prestando su nombre, lo que debe llevar a desconfiar si esta práctica pueda estar presente en otras instancias en las que se aprovecha la coyuntura política para obtener beneficios económicos a costa del Estado. “Este tipo de prácticas viene de una concepción del Estado como patrimonio de las personas”, dijo.
Brockmann finalizó señalando que las actuales características de la política llevan a que sus actores busquen financiamiento que no siempre es obtenido de forma lícita, “La política es cara y esto es un círculo vicioso donde no se sabe cuál es el origen de la corrupción ni su principio”, sostuvo.
Desde las principales organizaciones políticas de alcance nacional, en oficialismo y oposición, se cruzan acusaciones en sentido de responsabilizar a los contrarios de haber sido participes y/o cómplices de este hecho de corrupción.
Desde la alianza Creemos, la diputada María René Álvarez, cuestionó que se use este caso de forma política para desprestigiar a la oposición señalando que además “se intenta amedrentar” al pueblo cruceño.
Desde Comunidad Ciudadana, en reiteradas ocasiones, representantes y legisladores han exigido que las investigaciones en este caso estén alejadas de todo cálculo político, condenando que operadores de justicia extremen esfuerzos en sus acciones, como no se hizo en otros hechos con autoridades oficialistas implicadas.
Por su parte legisladores del Movimiento al Socialismo constantemente insisten en la vinculación de diputados de la alianza Creemos como participes de estos actos, exigiendo su renuncia al cargo.