La tercera ronda del Abierto de Miami vio ayer a Juan Martín del Potro pasar por encima del siempre correoso japonés Kei Nishikori en una jornada en la que el número tres del mundo, el croata Marco Cilic, sufrió para lograr el pase y el cuatro, el búlgaro Grigor Dimitrov, fue eliminado. Sabedor de que le queda cada vez menos fuerza tras trece triunfos seguidos y dos títulos, Acapulco y Indian Wells, en el último mes, Del Potro salió ante Nishikori con el objetivo de acortar el partido, de reducir el tiempo de exposición al cansancio y lo logró gracias a un saque que le ahorró unas carreras, que ya tiene contadas. “Mental y físicamente estoy con lo justo”, reconoce el argentino tras un partido “rápido, de poco desgaste”, en el que salvó una bola de “break” en su primer servicio que podría haberle complicado el futuro ante un nipón que fue en sentido opuesto al cuarto cabeza de serie del torneo, de más a menos.
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